PRIMERAS PRESIDENCIAS CONSTITUCIONALES
Presidencia de Mitre 1862-1868
Bartolomé Mitre |
Tras las batalla de Pavón, la mayor parte de provincias delegaron en Mitre la facultad de convocar e instalar el Congreso Nacional, llamar a elecciones, nombrar nuevas autoridades y reorganizar el país. Meses más tarde, Mitre fue presidente constitucional, Marcos Paz vicepresidente.
Era necesario una estructura estatal e imponer autoridad central, sobre el territorio. El orden era condición para el progreso: levantamientos y problemas de indígenas eran obstáculos para la estabilidad política.
El proceso demandaba reformas para crear bases modernas, abastecimiento de mano de obra, reorganización de leyes, construcción de infraestructura y servicios públicos. Se emprendió la organización de administración nacional, de Códigos Civil, Comercial, Penal y organización de tribunales, alentó la inversión extranjera, ofrecieron beneficios para la construcción de ferrocarriles.
Presidencia de Sarmiento 1868-1874
Domingo Faustino Sarmiento |
En julio de 1867 se proclamo la candidatura de Domingo F. Sarmiento, quien acepto desde Nueva York. Las elecciones se realizaron el 12 de abril de 1868, el 12 de octubre de 1868, asumió como presidente, con Alsina como vicepresidente.
la política era comprometida, la guerra aun inconclusa contra el Paraguay, desafios con caudillos, que se resistían a la soberanía del poder central, inseguridades por las fronteras internas (todavía abiertas). Sarmiento se enfrentaba con dificultades financieras, costos de la guerra y transformaciones en la nación. Intento implementar el proyecto civilizatorio, de modernización cultural y economice emprendiendo políticas inmigratorias, educativas y de infraestructura.
Presidencia de Avellaneda 1874-1880
Nicolás Avellaneda |
En 1874, Sarmiento fue sucedido por Nicolás Avellaneda. El nuevo presidente fue elegido por el Colegio Electoral y el Partido Autonomista entonces Mitre encabezó una revolución. Se formó el Partido Autonomista Nacional (PAN). En 1875 decretó la amnistía de los rebeldes y buscó acercamiento con Mitre, invitó a los mitristas a formar parte del gobierno autonomista, inaugurando la "política de la conciliación", un compromiso entre autonomistas y nacionalistas para poner fin a la conspiración revolucionaria. Esto generó oposición en el autonomismo. Después de la muerte de Alsina los disidentes se separaron y formaron el Partido Republicano, los cuales se proponían construir un partido político basado en principios, no como los "personalistas". En las elecciones presentaron su propio candidato, pero fueron derrotados.
Autora: Victoria Suarez
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